En el principio "Cuentorietas" era un sueño, hoy lo sigue siendo. En un comienzo parecía difícil de creer que la fantasía de dos idealistas delirantes pudiera representarse en algo más que una oportunidad para perder noches en trabajos que nunca llegaban a ningún lado o meras excusas para charlas de café que a nadie más interesaba, excepto a esos dos personajes tan peculiarmenten inadaptados que intentaban volcar sus esperanzas perdidas y sueños inconclusos en páginas de un medio que era tan caro como simpático a ambos.
Hoy las Cuentorietas existen, al menos en los cajones de todos aquellos que con una sonrisa las aceptaron para quizás leerlas en algún momento de dudoso presentismo. Hoy, parece difìcil de creer que alguién se preste a formar parte de este sentimentalismo casual que forman un par de historias precariamente escritas y animadamente dibujadas. Sin embargo, para poner esto a prueba es que las Cuentorietas cuentan ahora con este espacio, para que cualquier individuo que haya visto, o mejor aun leído, cualquiera de estas tiras pueda compartir o repudiar lo que ellas significan, sea lo que sea.
Para quienes no hayan podido jamas leer una Cuentorieta éste será el lugar donde podrán invertir los 15 minutos mas ociosos de su vida y hacerlo. Y para quienes sí lo hayan hecho queda la puerta abierta para hacer saber a sus autores lo bueno, malo o absolutamente intrascendente que pudo haber signifcado para cada cual. Porque aunque sea una historieta a medias, un cuento sin presunciones de serlo o un accidente de dos tipejos que se niegan a las responsabilidades culturales del sistema, como dice uno de sus autores "la obra se hace para mostrarse". Y, aunque el otro autor crea que esto no califica como tal, cualquiera es libre de expresar lo que quiera. Saludos.
domingo, 9 de agosto de 2009
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