Ahora el número dos completo de Cuentorietas. Y a esperar noticias del tercero... mientras tanto el link en la tapa.
jueves, 20 de agosto de 2009
miércoles, 19 de agosto de 2009
La Calle de los dos Faroles
miércoles, 12 de agosto de 2009
Presentación de Cuentorietas
Antes de poner en el blog el Nº 1 de Cuentorietas resulta conveniente mostrarles un texto, cuando menos simpático, que apareció en esa edición. El mismo representa un descargo por parte de los autores acerca de un sueño repetidamente buscado y continuamente desencontrado, además pone de manifiesto su inexperiencia en el medio... y lo que debieron hacer para llenar una hoja que quedaba libre. A continuación el texto...
“Hubo un tiempo, en algún lugar, en que dos personas decidieron relatar una historia, y lo hicieron, aun cuando no lo supieron hasta muchos años después. Eran dos jóvenes, apenas adolescentes, idealistas y románticos, irreverentes e insolventes. Con mas ímpetu que talento intentaron cincelarla usando un par de toscos dibujos en hojas olvidadas y tramas ingenuas de personajes con capas y ojos grandes provenidos de la imaginación de alguien más.
Noche tras noche añadían una página más a su historia, aún cuando las hojas permanecían vacías o nuevos dibujos reemplazaban a los anteriores que descartados se perdían en un limbo de pura inocencia. Ellas se borraban y nuevas se gestaban con el deseo de que pudieran ser tan grandes como para trascender la mera e ilusa existencia de sus autores. Y de pronto se parecieron a Penélope, siempre deshaciendo lo poco que habían hecho, siempre esperando por algo, incluso cuando los años no los esperaron. Pero aún así, las hojas de su historia se seguían escribiendo.
Con el tiempo los jóvenes encontraron aquello que estaban esperando, la experiencia que llega sin preguntar, que corrompe sin clemencia. Con el tiempo fueron madurando, continuaron siendo irreverentes e insolventes, pero ya no tan idealistas n románticos.
Con el tiempo su anhelo de contar historias con grotescos dibujos y cándidas tramas se fue perdiendo. Pero un día, tras una charla renegada del mundo, se dieron cuenta que esas páginas ya estaban escritas y dibujadas. El tiempo se había encargado de hacerlas y se las puso en la mano, los ahora adultos involuntarios las aceptaron gustosos y decidieron arrojarla a la calle. Tal vez, algún día cayera en manos de alguien, que como ellos, pudiera darse cuenta que vale la pena recordar.
Porque al final de cuentas esta grosera y hasta agresiva publicación, con un número de páginas incorrectas, con una disposición improvisada no es más que un agradecimiento a sus autores, cuyo nombre no importa. Pero sólo una cosa se debe saber de ellos, que no tienen ya casi treinta años. Los autores verdaderos tienen poco más de quince, las gracias sean a ellos. El tiempo que pasó hasta ahora son los dibujos que conforman la historieta de su pasado y presente; y la experiencia ganada es el cuento de sus vidas. ¡Gracias a ellos, y a todos quienes esta absurda propuesta sea capaz de ganarle al menos una sonrisa!”
Los autores.
“Hubo un tiempo, en algún lugar, en que dos personas decidieron relatar una historia, y lo hicieron, aun cuando no lo supieron hasta muchos años después. Eran dos jóvenes, apenas adolescentes, idealistas y románticos, irreverentes e insolventes. Con mas ímpetu que talento intentaron cincelarla usando un par de toscos dibujos en hojas olvidadas y tramas ingenuas de personajes con capas y ojos grandes provenidos de la imaginación de alguien más.
Noche tras noche añadían una página más a su historia, aún cuando las hojas permanecían vacías o nuevos dibujos reemplazaban a los anteriores que descartados se perdían en un limbo de pura inocencia. Ellas se borraban y nuevas se gestaban con el deseo de que pudieran ser tan grandes como para trascender la mera e ilusa existencia de sus autores. Y de pronto se parecieron a Penélope, siempre deshaciendo lo poco que habían hecho, siempre esperando por algo, incluso cuando los años no los esperaron. Pero aún así, las hojas de su historia se seguían escribiendo.
Con el tiempo los jóvenes encontraron aquello que estaban esperando, la experiencia que llega sin preguntar, que corrompe sin clemencia. Con el tiempo fueron madurando, continuaron siendo irreverentes e insolventes, pero ya no tan idealistas n románticos.
Con el tiempo su anhelo de contar historias con grotescos dibujos y cándidas tramas se fue perdiendo. Pero un día, tras una charla renegada del mundo, se dieron cuenta que esas páginas ya estaban escritas y dibujadas. El tiempo se había encargado de hacerlas y se las puso en la mano, los ahora adultos involuntarios las aceptaron gustosos y decidieron arrojarla a la calle. Tal vez, algún día cayera en manos de alguien, que como ellos, pudiera darse cuenta que vale la pena recordar.
Porque al final de cuentas esta grosera y hasta agresiva publicación, con un número de páginas incorrectas, con una disposición improvisada no es más que un agradecimiento a sus autores, cuyo nombre no importa. Pero sólo una cosa se debe saber de ellos, que no tienen ya casi treinta años. Los autores verdaderos tienen poco más de quince, las gracias sean a ellos. El tiempo que pasó hasta ahora son los dibujos que conforman la historieta de su pasado y presente; y la experiencia ganada es el cuento de sus vidas. ¡Gracias a ellos, y a todos quienes esta absurda propuesta sea capaz de ganarle al menos una sonrisa!”
Los autores.
domingo, 9 de agosto de 2009
En el principio...
En el principio "Cuentorietas" era un sueño, hoy lo sigue siendo. En un comienzo parecía difícil de creer que la fantasía de dos idealistas delirantes pudiera representarse en algo más que una oportunidad para perder noches en trabajos que nunca llegaban a ningún lado o meras excusas para charlas de café que a nadie más interesaba, excepto a esos dos personajes tan peculiarmenten inadaptados que intentaban volcar sus esperanzas perdidas y sueños inconclusos en páginas de un medio que era tan caro como simpático a ambos.
Hoy las Cuentorietas existen, al menos en los cajones de todos aquellos que con una sonrisa las aceptaron para quizás leerlas en algún momento de dudoso presentismo. Hoy, parece difìcil de creer que alguién se preste a formar parte de este sentimentalismo casual que forman un par de historias precariamente escritas y animadamente dibujadas. Sin embargo, para poner esto a prueba es que las Cuentorietas cuentan ahora con este espacio, para que cualquier individuo que haya visto, o mejor aun leído, cualquiera de estas tiras pueda compartir o repudiar lo que ellas significan, sea lo que sea.
Para quienes no hayan podido jamas leer una Cuentorieta éste será el lugar donde podrán invertir los 15 minutos mas ociosos de su vida y hacerlo. Y para quienes sí lo hayan hecho queda la puerta abierta para hacer saber a sus autores lo bueno, malo o absolutamente intrascendente que pudo haber signifcado para cada cual. Porque aunque sea una historieta a medias, un cuento sin presunciones de serlo o un accidente de dos tipejos que se niegan a las responsabilidades culturales del sistema, como dice uno de sus autores "la obra se hace para mostrarse". Y, aunque el otro autor crea que esto no califica como tal, cualquiera es libre de expresar lo que quiera. Saludos.
Hoy las Cuentorietas existen, al menos en los cajones de todos aquellos que con una sonrisa las aceptaron para quizás leerlas en algún momento de dudoso presentismo. Hoy, parece difìcil de creer que alguién se preste a formar parte de este sentimentalismo casual que forman un par de historias precariamente escritas y animadamente dibujadas. Sin embargo, para poner esto a prueba es que las Cuentorietas cuentan ahora con este espacio, para que cualquier individuo que haya visto, o mejor aun leído, cualquiera de estas tiras pueda compartir o repudiar lo que ellas significan, sea lo que sea.
Para quienes no hayan podido jamas leer una Cuentorieta éste será el lugar donde podrán invertir los 15 minutos mas ociosos de su vida y hacerlo. Y para quienes sí lo hayan hecho queda la puerta abierta para hacer saber a sus autores lo bueno, malo o absolutamente intrascendente que pudo haber signifcado para cada cual. Porque aunque sea una historieta a medias, un cuento sin presunciones de serlo o un accidente de dos tipejos que se niegan a las responsabilidades culturales del sistema, como dice uno de sus autores "la obra se hace para mostrarse". Y, aunque el otro autor crea que esto no califica como tal, cualquiera es libre de expresar lo que quiera. Saludos.
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